INTEROVIC ha celebrado hoy su V Seminario en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Cerca de un centenar de profesionales se han concentrado en esta cita para analizar y buscar soluciones al futuro de la carne de ovino y caprino.
La jornada comenzó con José Manuel Álvarez, Responsable de la Plataforma Carne y Salud, y el Dr. Antonio Escribano, Especialista en Nutrición y Medicina Deportiva, analizaron la información y los continuos ataques contra el consumo de carne que se están sucediendo, con información que, en muchos casos, viene sesgada y está siendo utilizada por grupos con claros intereses en contra del consumo cárnico.
También se ha hablado de la próxima renovación de la extensión de norma. A través de una mesa redonda, moderada por José Puntas, Presidente de la IGP Cordero Segureño, e integrada por Antonio Ponzano, ganadero; Benito Arribas, comercializador; y Ana Charles, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, hablaron sobre las posibilidades financieras generadas gracias al esfuerzo del conjunto del sector.
Por otra parte, durante la intervención de Raúl Muñiz, Presidente de INTEROVIC, destacaba “la vocación exportadora de nuestras empresas y el gran prestigio de nuestros productos fuera de nuestras fronteras. Hace diez años estábamos exportando 31 mil toneladas y hoy día estamos un 45% por encima”.
Además, el Presidente recordó a los asistentes que la Interprofesional sigue trabajando para la apertura de nuevos mercados. Como Japón, cuando recientemente han homologado doce empresas del sector para exportar, y se espera que suceda lo mismo a lo largo de este año en países como China y Singapur.
Durante la clausura, que corrió a cargo del Director General de Sanidad de la Producción Agraria, Valentín Almansa, se destacó que, entre los retos de la próxima extensión de norma, se seguirán trabajando cuestiones relacionadas con la sostenibilidad del sector y la puesta en valor de las más de ciento cincuenta mil familias que trabajan para este sector, concentradas mayoritariamente en lo que ahora se denomina la “España vaciada” y suponen prácticamente el único motor económico de estos pueblos.