Se trata del segundo país, después de Sudáfrica que regula el uso de denominaciones cárnicas en menos de un mes.
El Gobierno de Francia ha publicado un Decreto con el objetivo de clarificar las denominaciones de venta de los nuevos productos que imitan a la carne y proteger a las más de 300 denominaciones tradicionales de la gastronomía francesa.
Dicho Decreto se ha publicado tras un intenso debate en el que la Comisión Europea se ha mostrado en contra de prohibir designaciones tales como “jamón”, “paté” y “salchicha” para alimentos de base vegetal o cultivados en laboratorio. Unos días antes que Francia, Sudáfrica también ha establecido una regulación similar.
El mercado de productos comercializados como «sustitutos» o «alternativas» a los alimentos cárnicos está aumentando en los últimos años, lo que está atrayendo inversiones de grupos agroalimentarios mundiales. Esta nueva ola también viene acompañada de nuevas campañas de marketing basadas en la oposición o la comparación. Algunas de esas campañas confunden a los consumidores, haciéndoles creer que estos productos “sustitutos” son más saludables y más sostenibles para el medio ambiente. Dichas afirmaciones son impugnadas y debatidas en el ámbito académico.
A pesar de la importancia que tienen las proteínas vegetales en una dieta equilibrada, recientemente la EFSA afirmó en un dictamen reciente sobre el etiquetado nutricional y los perfiles de nutrientes en la parte delantera del envase que estas no pueden sustituir a la carne desde el punto de vista nutricional. Algunas imitaciones a base de plantas son productos ultra procesados que se someten a procesos industriales profundos para parecerse a la carne.
Los debates en torno a las denominaciones no son nuevos. En el sector lácteo desde hace algunos años, el uso de términos como «leche», «mantequilla» y «queso» está prohibido en la UE para productos que no son de origen animal. En cuanto a la carne, la cuestión se debatió en 2020 en el contexto de la reforma de la PAC. Los parlamentarios europeos habían decidido no responder a la pregunta, dejando que los estados miembros resolvieran este tema caso por caso. Es en este contexto que se ha tomado la decisión francesa.
Esta falta de coherencia en Europa se ha visto reflejado en el texto francés dado que el decreto se aplica solo a los productos «Made in France». Para la principal organización campesina francesa, FNSEA, esta regulación no es lo suficientemente efectiva, ya que podría abrir la puerta a importaciones . La asociación francesa interprofesional Interbev acogió con satisfacción la implementación de la ley que se adoptó inicialmente en 2020, inmediatamente después del final del bloqueo a causa de la pandemia.
“Esta disposición es el primer paso en territorio francés, pionero en la protección de sus denominaciones, que debería extenderse a nivel europeo”, han dicho desde la interprofesional francesa en un comunicado. Pero la palabra “hamburguesa” utilizada por muchas marcas, como las famosas empresas estadounidenses Beyond Meat, Impossible Foods y Burger King, para atraer consumidores, aún estaría permitida ya que no se refiere explícitamente a la carne”, dijo un portavoz de Interbev.
Según información facilitada por el medio de comunicación Context, la Comisión Europea, más que buscar armonizar la regulación sobre este tema entre los Estados Miembros, ha criticado la nueva norma francesa. Los principales argumentos movilizados por la DG GROW consideraban que “..el proyecto notificado no debería dificultar la comercialización de productos alimenticios a base de proteína vegetal (…) teniendo en cuenta la estrategia “De la granja a la mesa” y cuestiona (…) la evaluación y la recopilación de pruebas sobre prácticas engañosas.
Más allá de los debates sobre los beneficios nutricionales o ambientales, es interesante recalcar los recursos financieros movilizados para promover estos nuevos productos. De hecho, este tema complejo ha llegado para quedarse y permanecerá durante mucho tiempo en la agenda europea.
Fuente: Realidad Ganadera