La tienda tradicional es la plataforma responsable de distribuir el 19% del volumen total de carne, cantidad que supera el promedio total alimentario, pese a que ha disminuido notablemente sus ventas este último año.
Actualmente se trata de un canal de venta muy importante que distribuye el 22,5% de los kilos totales del mercado. Pero pese a ello la pérdida de ventas del comercio tradicional es acusada, con un descenso del 4,3% en 2023, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), procedentes del consumo alimentario de 2023.
El movimiento alcista de los precios medios se traslada a todos los canales. En la tienda tradicional se ha cerrado el precio más alto del sector y, por tanto, el menos competitivo, de 9,02€, tras haberse incrementado un 9,1% con respecto al año anterior, crecimiento que supera el promedio nacional. Esto se debe, en parte, a que el comercio minorista de la carne es monoproducto, por lo que no puede variar o regular sus márgenes encareciendo otro tipo de productos de una cesta de la compra variada.
Este es el caso del supermercado y autoservicio, canal que concentra mayor proporción de compras del segmento cárnico con más de la mitad del total del mercado (51,2%), aumentando un 9,8% en volumen.
Por otra parte, el consumo de carne en los hogares españoles ha subido un 6,4% durante 2023. A un mayor ritmo crece la facturación (14,2%), debido al aumento de un 7,3% del precio medio con respecto al 2022.
Según los datos del MAPA, cada persona realizó de media una ingesta de carne de 41,11 kilos al año durante el año anterior. Esta cantidad es un 5,2% superior respecto a la consumida en 2022.
El 72,1% de los kilos de carne que se adquieren para consumo doméstico son de carne fresca, segmento que gana participación en el mercado. La carne transformada se sitúa con cuotas en volumen y valor del 25,1% y 33,3% respectivamente, perdiendo presencia en cantidad, pero aumentando en facturación. Por su parte, la compra de carne congelada supone un 2,8% del mercado cárnico.
En cuanto al tipo de carne, el pollo es el tipo de carne fresca con mayor consumo per cápita, con una ingesta de 11,97 kilogramos, cantidad superior al 2022. Le sigue la carne de cerdo, con una ingesta por persona situada en torno a los 9,15 kilogramos por persona y la carne de vacuno, con un consumo promedio de 3,85 kilogramos.
