En poco más de 24 horas las restricciones establecidas en Madrid respecto al comercio -entre otros servicios- para prevenir la extensión del coronavirus COVID-19 se han extendido a toda España, después de que el Gobierno anunciase el estado de alarma.
Ahora, es el Gobierno de España el que tiene las riendas de la situación, toma decisiones que antes eran competencia de las comunidades, hace uso del ejercito para extremar las precauciones y ha limitado los desplazamientos, prohibiendo aquellos que no sean estrictamente necesarios.
Nuestro sector, el del comercio especializado de carne, está especialmente en el punto de mira, porque aunque se ha cerrado el comercio a nivel nacional, las carnicerías, charcuterías, pollerías y casquerías pertenecen a uno de los pocos colectivos que, como excepción, podrá permanecer abierto, por considerarse suministrador de productos de primera necesidad.
Eso sí, Pedro Sánchez ha insistido en que la permanencia en los establecimientos comerciales cuya apertura esté permitida deberá ser la estrictamente necesaria para que los consumidores puedan realizar la adquisición de alimentos y productos de primera necesidad, quedando suspendida la posibilidad de consumo de productos en los propios establecimientos.
En todo caso, se evitarán aglomeraciones y se controlará que consumidores y empleados mantengan la distancia de seguridad de al menos un metro a fin de evitar posibles contagios. De hecho, el reparto a domicilio se considera una buena opción para disminuir las aglomeraciones en puntos de venta, pero desde Cedecarne recomendamos que los trabajadores que se encarguen del reparto extremen las medidas higiénico-sanitarias, tanto por la seguridad de los clientes como por la suya propia.