El sector cárnico español ha reafirmado su compromiso con la sostenibilidad, el medioambiente, la reducción de gases de efecto invernadero y la calidad y seguridad alimentaria a la vez que sigue actuando en pro de una alimentación variada y equilibrada dentro de la Dieta Mediterránea.
Tras la reciente publicación del informe elaborado por el Grupo de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y denominado “El cambio climático y la tierra”, en el que se incluye la necesidad de fomentar una dieta con alimentos de origen animal producidos de forma sostenible y con bajas emisiones, la Plataforma Carne y Salud incide en que el sector ganadero europeo y por ende, el español, son un referente mundial en cuanto a sostenibilidad de sus producciones, procesos mejorados, instalaciones, manejo y gestión de residuos.
Gracias a las nuevas tecnologías se están llevando a cabo nuevos sistemas de producción y nuevas técnicas que producen menos impacto en el medio ambiente y que reducen progresivamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Como ejemplos destacan, entre otros, las acciones sectoriales que reducen en un 15% la huella de carbono en el sector vacuno, la reducción de un 47% de las emisiones de amoniaco y del 54% las de metano en el sector porcino y el ahorro de hasta un 30% del uso de agua por cada kilo de carne producido en la carne de conejo.
Asimismo, hay que considerar también que el sector permite mantener importantes ecosistemas que serían inviables sin una producción ganadera: dehesas en el caso del cerdo ibérico; pastores tradicional del ovino y caprino; dehesas y zonas de montaña en el caso de vacas nodrizas, todas ellas unidos al fomento de la biodiversidad y la conversación de los espacios naturales.
En definitiva, el sector ganadero y cárnico español desarrolla el Modelo Europeo de Producción Europeo que es el más exigente del mundo en cuanto a calidad, trazabilidad, sanidad animal, seguridad alimentaria, bienestar animal y sostenibilidad.
Alimentación equilibrada
El sector cárnico español aboga por una alimentación equilibrada en la que estén presentes las proteínas de origen animal y vegetal, tal y como recomiendan las sociedades científicas. La carne es un alimento rico en nutrientes esenciales para la salud humana tales como proteinas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B y minerales como el fósforo, zinc y el hierro y su incorporación en la dieta supone importantes beneficios nutricionales.
La incorporación de carnes y productos cárnicos en la dieta resulta imprescindible para alcanzar las demandas diarias de algunos nutrientes como el hierro, y por ello, puede incluirse en la alimentación de 2 a 4 veces por semana (recomendación de la Fundación Dieta Mediterránea), dentro de una dieta variada y equilibrada.
De hecho, en nuestro país, las necesidades de B6 y B12 están cubiertas debido al consumo de productos cárnicos, y existe una amplia evidencia científica que demuestra los beneficios del consumo de carne dentro de una alimentación equilibrada.
Asimismo, en España el consumo de carnes y productos cárnicos es moderado y se sitúa dentro de los límites marcados por los organismos internacionales de salud, por lo que las recomendaciones del IPCC para el futuro están en línea con el consumo que se realiza en nuestro país.